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Trabajo cooperativo

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Madrid, 18 de mayo de 2021

Lorena Gallardo Peralta
Facultad de Trabajo Social, Universidad Complutense de Madrid

Esteban Sánchez Moreno
Facultad de Trabajo Social, Universidad Complutense de Madrid

En este libro Lorena Gallardo y Esteban Sánchez nos presentan un recorrido transparente y crítico sobre la profesión. 

Nos enseñan, el papel que las trabajadoras sociales tienen cómo agentes fundamentales del conocimiento de la exclusión social, el impacto de las desigualdades de género, la edad, la diversidad o la interseccionalidad, destacando esta labor, como una de las principales características de la profesión. 

Nos hacen comprender, de una manera sencilla, la importante función que jugó el Estado de Bienestar en Europa para el desarrollo del trabajo social y la salvaguarda de derechos. Esto dio lugar a los sistemas de protección y pilares del bienestar, como son la salud, educación, o el sistema de pensiones. Se hacen eco y llaman a la reflexión acerca del debate existente sobre el cuarto pilar, lo que han dado en llamar “el pilar de los cuidados”.

Definen, como el paso más decidido hacia este pilar, la creación de la Ley de Dependencia, dónde las trabajadoras sociales tienen un papel fundamental en su creación y son sustentadoras de todo el recorrido hacia el reconocimiento de grado y asignación del recurso, insistiendo en el protagonismo de las trabajadoras sociales para la consolidación y desarrollo de este cuarto pilar del estado de bienestar. 

ENTREVISTA 

1. Cómo surgió la idea de este libro y el proyecto de vuestra colaboración.

La editorial “La Catarata” tiene una colección que aborda diferentes profesiones y disciplinas. El título de todos los libros comienza con “¿Para qué servimos los…?” La editorial nos contactó para poner en marcha el proyecto. Todo fue muy fácil, porque desde un primer momento llegamos a acuerdos básicos. Por ejemplo, que el título del libro se redactará en femenino, es decir, “¿Para qué servimos las trabajadoras sociales?” en lugar de “¿Para qué servimos los trabajadores sociales?” Desde nuestra perspectiva eso era fundamental, porque sin el reconocimiento de que se trata de una profesión en la que las mujeres son un elemento clave cuantitativa y cualitativamente, desde sus orígenes, era imposible comprender este libro. Esto implicaba un gran reto, primero porque es el primer título de la colección que toma esa decisión. Segundo, porque, aunque el libro – y quienes lo hemos escrito – tiene una perspectiva feminista, no es un libro sobre feminismo. Y tercero, porque no queríamos que el debate sobre el título pudiera contaminar los debates que planteamos en los capítulos que forman la obra. 

2. ¿Está reconocido el papel de las trabajadoras sociales como agentes del conocimiento?

No lo creemos. Más bien al contrario, consideramos que ese es uno de los retos que tiene que abordar la disciplina. Y lo tiene que hacer de manera urgente y decidida. Para ello hay que dar pasos en diferentes ámbitos. En primer lugar, la consolidación de la disciplina en las universidades es clave. No nos referimos a consolidar el grado, “la carrera”, porque consideramos que eso ya se ha conseguido. El acento ha de ponerse en el posgrado, y especialmente en el doctorado. Es imprescindible que las facultades de Trabajo Social apuesten decididamente por el doctorado y la investigación porque, de otra manera, no será posible avanzar en la consolidación de la disciplina como agente de conocimiento. 

En segundo lugar, en muchas ocasiones el conocimiento que se genera en el ejercicio profesional, que es mucho y se produce en el contacto directo con la realidad, no trasciende y queda “contenido” dentro del día a día de las trabajadoras sociales y de los trabajadores sociales. Esto, el hecho de que ese vasto conocimiento no se reconozca, está directamente relacionado con la necesidad de desarrollar la investigación en el ámbito académico y en el ámbito profesional. Todas las disciplinas utilizan la colaboración entre la investigación y la profesión para avanzar y mejorar la práctica. En el caso del Trabajo Social, es preciso profundizar en la colaboración e interrelación entre investigación y profesión para mejorar los procesos de intervención y acompañamiento psicosociales, por ejemplo.

En tercer lugar, y con mucha frecuencia, el conocimiento que se genera en la práctica del trabajo social no es recogido en los medios de comunicación adecuadamente. La realidad social es extremadamente compleja, y más aún lo es cuando nos ocupamos de la desigualdad y la exclusión. El contenido y el formato de los medios no siempre permite abordar adecuadamente esta complejidad, de manera que las trabajadoras y los trabajadores sociales encuentran difícil incorporar su discurso a la idea que la ciudadanía tiene de su labor. 

Por último, otras profesiones y disciplinas son reconocidas de manera más directa como agentes de formación de conocimiento en los temas en los que se desarrolla el trabajo social. De nuevo, aquí es imprescindible un trabajo cooperativo entre academia (universidades), profesión (colegios), instituciones públicas y tercer sector para generar y mostrar, en alianza, el conocimiento específico generado en la relación que las trabajadoras y los trabajadores sociales establecen con la realidad. 

3. A lo largo del texto se detecta una constante llamada a la reflexión, consideráis que se piensa poco en “clave trabajo social”.

Consideramos necesario provocar. La reflexión es muy complicada en las sociedades contemporáneas, y lo es más aún en profesiones caracterizadas por la sobrecarga de trabajo y la sobrecarga emocional. Se trata de riesgos psicosociales que absorben la energía y pueden poner en cuarentena la reflexión. De manera que la respuesta es: “sí, se piensa poco en clave trabajo social”. Dicho esto, nuestra llamada constante a la reflexión tiene que ver con el convencimiento de que es preciso dirigir nuestra mirada a la profesión, a la disciplina, y analizar de manera crítica el papel que el trabajo social está jugando en la reducción de las desigualdades, en la mejora de las condiciones de vida, en el incremento del bienestar de las personas, en la reducción de la exclusión social. Y cuando decimos análisis crítico, incluimos la necesidad de una reflexión sobre los objetivos, las demandas, los recursos que se movilizan, las herramientas que se utilizan y el resultado de la propia acción. A veces se dice: “el objetivo del trabajo social es dejar de existir”. Esa conclusión no puede ser resultado sino de una falta de reflexión sobre los procesos sociales y sobre la propia naturaleza de la disciplina. En el libro lo decimos, y tenemos pleno convencimiento: el trabajo social no está aquí para combatir la desigualdad, sino para contribuir a crear sociedades que cuiden y protejan. Para terminar con las prácticas e instituciones que generan relaciones y situaciones de opresión. Y esa es una tarea interminable.

4. El último epígrafe del libro “¿para qué deben servir las trabajadoras sociales?, por qué ese nombre y no “para qué sirven”.

Queríamos provocar, queríamos hacer un planteamiento crítico. No basta con proclamar para qué sirve el trabajo social, no basta con defender la necesidad del trabajo social, no basta con mostrar que las trabajadoras sociales son parte fundamental de las instituciones del bienestar. Además de todo ello, es preciso buscar miradas, formas, herramientas, procedimientos y estrategias que permitan incrementar la utilidad de la disciplina y la profesión en las sociedades contemporáneas. El debate sobre la necesidad del trabajo social es relevante y necesario. Pero consideramos que si no se plantea un debate crítico – autocrítico – difícilmente se podrán identificar ámbitos y procesos en los que el Trabajo Social puede aportar una perspectiva específica, diferenciada y a la vez complementaria con respecto a otras perspectivas. Y ese debate es un debate sobre lo que debería ser – no sobre lo que es – una disciplina, una profesión.

Un ejemplo. El acceso al bienestar colectivamente generado es cada vez más difícil para un número creciente de grupos en nuestras sociedades, de manera que la incertidumbre y el riesgo son características de la vida cotidiana de cada vez más y más personas. Dicho de otra forma, las desigualdades han resurgido, sin duda, como una de las principales amenazas de nuestras sociedades y de nuestras democracias. Son utilizadas para alimentar un discurso atravesado por el populismo, el extremismo, el rechazo a la diversidad y la afirmación de la política como un medio para establecer una diferencia aprovechada entre la ciudadanía legítima y la ciudadanía ilegítima. Además, se da la paradoja de que las personas que sufren y padecen esas desigualdades se cuentan entre las más susceptibles a incorporar este tipo de discursos. En España lo estamos viendo, asistimos al avance de un partido con planteamientos ideológicos difícilmente compatibles con los principios democráticos de gobierno y convivencia. ¿Qué puede hacer el Trabajo Social en la sociedad contemporánea? ¿Para qué debería servir el Trabajo Social en un contexto como este, plagado de incertidumbres y crecientemente dominado por un discurso que pretender acabar con esas incertidumbres sin comprenderlas? 

Es solo un ejemplo de lo que queremos plantear con ese último epígrafe. Queríamos que fuera una llamada al debate, a la crítica y a la autocrítica social.

5. ¿Creéis que este libro ayudará a que la sociedad nos conozca o ayudará más aún a que desde dentro de la profesión nos conozcamos? 

El objetivo que teníamos cuando escribíamos el libro era que la profesión fuera más conocida por la ciudadanía, sin duda. De hecho, tenemos el convencimiento de que la imagen que la sociedad en general, la ciudadanía de a pie, tiene del trabajo social está con demasiada frecuencia construida a base de lugares comunes, estereotipos y malentendidos. Cualquiera que conozca a una trabajadora social sabrá que está dispuesta a aclarar esos malentendidos en cualquier momento y en cualquier lugar, a cualquier persona que quiera escuchar. Y, a pesar de todo, creo que hay un acuerdo generalizado en torno al desconocimiento que se tiene de la profesión entre la ciudadanía. Con esto queremos decir que la visión que a menudo se tiene de lo que hacen las trabajadoras y los trabajadores sociales es borrosa, traslúcida, pero prácticamente todo el mundo sabe (o cree saber) a qué se dedica la psicología, o la medicina, o la enfermería, o el derecho, o la economía. Por ello, teníamos un interés especial en mostrar los ámbitos de trabajo de las trabajadoras sociales, qué hacen en los servicios sociales, cómo contribuyen a mejorar las condiciones de vida de las personas dependientes, o de las mujeres que son víctimas de violencia machista, por poner algunos ejemplos. 

Sin embargo, hemos comprobado que el libro ha sido recibido por la profesión como un estímulo al debate “interno”, como una contribución a la discusión en torno a los elementos que constituyen el quehacer profesional de las trabajadoras y los trabajadores sociales, como una pequeña provocación al diálogo para seguir avanzando en el desarrollo de la disciplina. Nos han escrito trabajadoras sociales para transmitirnos que el libro puede ser una contribución en ese sentido. Gracias a la edición digital, esto incluye a colegas latinoamericanas, lo que nos hace sentir mucha alegría y responsabilidad por el impacto de nuestro trabajo. De hecho, el libro ha recibido ya dos reseñas en dos revistas especializadas, en Trabajo Social Hoy, del Colegio de Madrid, y en Itinerarios de Trabajo Social, de la Universitat de Barcelona). En ambas reseñas se señala que en el libro se plantean temas de interés para la profesión, para la disciplina y para las trabajadoras y los trabajadores sociales. Es evidente que no queremos generar acuerdos o consensos con nuestros planteamientos. Más bien al contrario, lo que pretendíamos era provocar. Provocar sin más. Porque, como decíamos antes, la reflexión y la reflexión colectiva (es decir, la discusión) son necesidades vitales para que la disciplina avance y profundice en prácticas antiopresivas tan necesarias en los tiempos que corren.

Muchas gracias por la entrevista y por el interés en nuestro libro.

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