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TSDifusión, 22 de diciembre de 2020

A pocos días de concluir el año parece que la frase que todos/as deseamos decir, como si fuese en un mantra liberador es: “¡Adiós 2020!”, como si con ello consiguiéramos dejar atrás un año de pesadilla: pandemia, miedo, enfermedad, muerte, pérdida, distancia social, paro, paralización social y económica, aumento de la pobreza,…; y de vorágine de protocolos, legislación e información social y profesional. Sin duda 2020 será recordado en la historia como el año de la COVID-19, el año de la mayor crisis socio-sanitaria mundial de nuestra historia reciente.

Desde TSDifusión queremos invitaros a la reflexión, a dedicar unos minutos no a todo lo negativo que hemos sufrido este año, si no a pensar en lo positivo, en las oportunidades que nos ha traído esta crisis, como hace unos años hiciera el escritor Alex Rovira en su libro “La buena crisis”, 2009. 

Como nosotros/as, os preguntaréis, pero ¿qué ha tenido de bueno este duro año? Para dar respuesta a esta pregunta recurrimos a una improvisada “lluvia de ideas” con la mirada en la oportunidad en el plano profesional, hablamos de teletrabajo, del avance en el uso de las nuevas tecnologías, el reconocimiento del trabajo social como profesión esencial y la revalorización de los servicios públicos.

Teletrabajo

El pasado 14 de marzo, tras ser decretado el estado de alarma, se inició un período de confinamiento nacional, que paralizó gran parte de la actividad laboral nacional durante más de 3 meses. Este confinamiento, hizo que la mayoría de la población se quedara en casa y con ello la mayor parte de profesionales de trabajo social del país.

Young Asian Business Woman Meeting with Multiethnic Business People and VDO Conference Live Streaming in Work from Home Concept – Social Distancing in Coronavirus(Covid-19) Outbreak

Durante este periodo hemos demostrado que no solo es posible trabajar desde un espacio diferente a la convencional oficina o sin el contacto directo y personal, si no que a pesar de la difícil situación, hemos podido dar una respuesta profesional a las personas, familias y/o poblaciones a las que atendemos.

El inicial caos organizativo, el no saber qué hacer y cómo hacerlo, conllevó una respuesta adaptiva en nuestra forma de organizarnos, trabajar y comunicarnos, demostrando que es posible trabajar de forma presencial y no presencial, lo que ha incidido directamente en hacer ver que el teletrabajo es una vía para la conciliación de la vida laboral y familiar, que puede facilitar la atención y cuidados de menores y mayores a nuestro cargo. 

Durante el tiempo de confinamiento hemos demostrado que la presencia es importante, pero no esencial. Que lo realmente importante es nuestra capacidad de adaptación a las circunstancias y de aprendizaje; que nuestros años de escucha activa nos permite empatizar, informar y hacer buenas entrevistas a través de un teléfono; que en el tiempo no presencial se puede desarrollar un trabajo más reflexivo, organizativo, de planificación, de elaboración de informes, es decir, el trabajo que no permite la hiperactividad práctica de muchos/as profesionales.

Han pasado meses y continuamos instalados en la provisionalidad de nuestra nueva forma de trabajar, demostrando lo que ya sabíamos propio del trabajo social, la capacidad de adaptación y evolución ante nuevas situaciones, implementando un trabajo de responsabilidad hacia las personas, sustentado sobre pilares muy finos. Hemos abordado los retos cargándonos de coraje emocional, haciendo útil la improvisación para buscar otros caminos.

Nuevas tecnologías

Las nuevas tecnologías acompañan nuestras vidas desde hace años, en lo profesional y en lo laboral, pero éramos muchos los/as profesionales que no pasábamos de un conocimiento práctico muy básico.

El confinamiento y la necesidad de comunicarnos con otras personas, profesionales, usuarios/as, han dado otro sentido al teléfono móvil y al ordenador, que han pasado de meras herramientas de trabajo a medios de atención, comunicación e interconexión.

Las redes sociales han sido nuestro alta voz para difundir información importante en un corto espacio de tiempo y/o al mayor número de personas posible.

Tenemos una nueva forma de reunirnos y formarnos vía “on line”, lo que nos ha abierto un abanico de oportunidades participativas y reciclaje profesional que hace un año muchos/as de nosotros/as no contemplábamos.

Servicio esencial

La crisis del coronavirus ha conllevado que el Gobierno español considere el trabajo social como servicio esencial, igualándonos al personal sanitario y de seguridad ciudadana.

Esta consideración conlleva un doble reconocimiento:

  • Que estamos ante una crisis no solo sanitaria, si no social, a la que urge dar respuestas.
  • La importancia del trabajo social para abordar la crisis, lo que ha permitido que lleguen “refuerzos” a los servicios de atención social, especialmente a Servicios Sociales Comunitarios. 

Pero solo el reconocimiento no es suficiente, como vemos en el próximo punto.

Revalorización de los servicios públicos

Los servicios públicos llevan más de una década sufriendo “recortes”, privatizaciones, desatención y desmantelamiento. Nuestros políticos han dejado de promover y desarrollar política social para la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía, para evitar o compensar las desigualdades y la vulnerabilidad social. La gestión politizada de recursos y servicios públicos merman sin cesar un Estado de Bienestar que nunca llegamos a culminar.

En estos momentos de crisis, han sido los/las profesionales públicos, de todos los ámbitos de la administración, quienes con su buen hacer, dedicación e implicación, han tenido la oportunidad de atender a la población y dar respuestas a la ciudadanía con los escasos recursos con los que contamos, pese a la precariedad y la falta de respuesta política a las necesidades. Hemos puesto en valor lo público, trabajando de forma coordinada y complementaria con entidades del Tercer Sector y privadas.

Para muchos/as de estos/as trabajadores/as del sector público, este año ha traído una oportunidad de reconocimiento de derechos laborales. La Sentencia de 19 de marzo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, ha reconocido que nadie, ni siquiera las administraciones públicas, pueden abusar de contratos temporales, reconociendo así el abuso que en sus contrataciones vienen sufriendo personas interinas y laborales indefinidos no fijos desde hace años, situación en la que se encuentran entre 800.000 y 1.000.000 de trabajadores/as de este país. De estos, miles son trabajadores/as sociales con décadas de experiencia profesional sin estabilidad en sus empleos, a los que la administración de momento solo ofrece procesos selectivos contrarios a la sentencia europea o irse al paro sin ningún tipo de compensación.

Con la mirada puesta en las oportunidades y mejoras que puede tener nuestra profesión y nosotras/os como profesionales, decimos adiós al duro 2020, deseando lo mejor para 2021 a las personas que nos leen y nos comparten. Gracias.

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