Cádiz, 27 de octubre de 2020

ENTREVISTA A
Rocío Laura Flores Mulero
Trabajadora Social en Residencial Lago de Arcos

En el momento actual, en el que se ha vuelto a decretar el estado de alarma, continuamos compartiendo experiencias de profesionales durante el estado de alarma anterior y la situación de confinamiento. En esta ocasión contamos la experiencia en un centro geriátrico.

Tu trabajo diario, durante el confinamiento, ¿fue distinto? ¿En qué cambió? 

Sí, durante el confinamiento nos enfrentamos a diversos cambios. 

Ahora la atención directa a residentes en el despacho está más controlada, se han tomado y se siguen poniendo en práctica todas las medidas de prevención recomendadas por la OMS. (Organización Mundial de la Salud, 2020. Recuperado de https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public)

La atención a familiares que habitual y generalmente se hacía de manera presencial en el despacho de trabajo social, se estuvieron realizando vía telefónica o a través de emails debido al cierre de visitas en residencia provocado por el estado de alarma.

Al mismo tiempo, también quedó suspendido el servicio de centro de día impuesto por la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de Andalucía como medida de prevención ante las agresivas consecuencias que estaba teniendo el virus en los mayores. El departamento de trabajo social continuó durante el confinamiento manteniendo el contacto con estas usuarias, porque en este sentido son todas de género femenino, o familiares de las mismas, llevando un seguimiento de su estado en domicilio compensando así el cierre del servicio. 

¿Qué echaste en falta para haber podido desarrollar tu trabajo en unas mejores condiciones?

Sobre todo sentimos la ausencia de conocimiento de la situación de gravedad en la que nos estábamos sumergiendo y EPIs desechables para una mayor precaución ante la atención directa con las mayores. Al principio del Estado de Alarma, aún sin conocimientos detallados de la importancia de todo lo que estaba ocurriendo a nuestro alrededor, a nivel mundial, es de obviar que todos los profesionales socio sanitarios nos hemos encontrado en la misma situación, una situación de incertidumbre donde nos ahogaba una gran batería de preguntas y sensación de incertidumbre sobre lo que acontecía. 

Desde la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, así como desde la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de Andalucía, nos iba llegando instrucciones, las cuales hemos acatado a “raja tabla”. 

¿Se puede implementar de manera permanente la tecnología en algún aspecto de tu trabajo? ¿De qué forma?  

Podríamos implementar las vídeo-llamadas permanentes como manera de contacto auditivo-visual entre residentes y familiares. Es una innovación que llevamos a la práctica desde el principio del confinamiento obteniendo un resultado enriquecedor, donde la emoción de los mayores ha superado con creces los objetivos propuestos. El orgullo que ellos sienten al utilizar este tipo de tecnología y poder ver a su familiar al otro lado de la pantalla nos provoca un gran sentimiento de satisfacción en nuestro campo de trabajo. 

¿Han puesto en marcha desde tu puesto de trabajo algún nuevo servicio o prestación? ¿Algo relevante o innovador?  

A causa de que el servicio de centro de día se vio suspendido, se puso en marcha una tarea de seguimiento activo de aquellas usuarias que ahora se encontraban en domicilio. Semanalmente se rellenaron unos cuestionarios on-line creados por la Agencia de Servicios Sociales y Depedencia – Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, donde se analizaba la necesidad de atención domiciliaria por profesionales. En nuestro caso, debido a que las usuarias del servicio se encontraban atendidas por sus familiares, no han tenido la necesidad de atención por auxiliares del servicio de Ayuda a Domicilio ni tampoco personación de fisioterapeuta para llevar a cabo las actividades funcionales varias que se llevan a cabo desde dicho departamento del centro. 

Por otro lado, con respecto a la reanudación de visitas en el centro, se creó un protocolo para las mismas donde se contempló las distintas fases de transición hacia la nueva normalidad. (BOJA extraordinario núm. 31 – Jueves, 28 de mayo de 2020), visitas planificadas y previamente concertadas según el tamaño del centro, de una hora de duración cómo máximo y realizándose por una única y misma persona a ser posible con previa declaración responsable certificando no manifestar síntomas compatibles con el COVID-19 para evitar así que el virus entrará en el centro. 

¿Qué debe aportar el Trabajo Social después de lo vivido en estos tiempos de crisis sanitaria por el COVID?  

La crisis sanitaria que estamos viviendo está teniendo un fuerte impacto social sobre la sociedad provocando así una importante crisis económica que está afectando a las diversas clases sociales.

De ahí que el trabajo social garantice a la población, a través de los Servicios Sociales Comunitarios, la cobertura de sus necesidades y cree una red de recursos de apoyo para aquellos que lo precisen. 

Específicamente en el ámbito geriátrico, el trabajo social tiene que seguir trabajando en coordinación con el sistema sanitario intentando frenar la propagación del COVID-19.

¿Qué más se podría haber hecho desde tu puesto de trabajo?

Desde mi propia experiencia me quedo con el ‘buen sabor de boca’ de que hemos trabajado sobre todas nuestras posibilidades. Hemos llevado a cabo cada una de las indicaciones y precauciones recibidas por la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, con la suerte de que todo ha marchado hasta el momento correctamente, sin tener que lamentar ningún caso y/o víctima en el centro. 

¿Podrías contarnos alguna anécdota o un caso relevante durante el Estado de Alarma? Podría contar como anécdota las lágrimas que nos han sacado nuestros mayores tras el reencuentro con sus familiares una vez abierta la verja de las visitas. Visitas llenas de emoción, ansias, tensión y ganas de un largo abrazo por todo el tiempo perdido desde ese lejano 14 de marzo del 2020, pero respetando a su vez en contra de sus necesidades, las medidas de precaución impuestas por los órganos competentes frente al freno de transmisión del COVID-19. Hay que reconocer que ante una situación tan esperada y considerando las edades de nuestros mayores y las ganas e impaciencia por ese reencuentro, tanto ellos/as como sus familiares, han cumplido con creces nuestras expectativas respecto a sus actitudes y comportamiento durante las visitas, comportamiento que nos hace sentir a toda la plantilla que forma el centro, sentimiento de orgullo y de admiración por ello.

1 Comment

  1. María Angelica Reply

    Gracias por compartir la experiencia y por el acceso a esta información mediante la página web. Un gran abrazo desde Chile

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